Voluntariado en Workaway: mi experiencia y mi opinión personal.

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(Aclaración: este no es un post nada objetivo).

¡Hola! ¿Cómo estás? Hoy te quiero escribir sobre mi experiencia en Workaway. Como sabés, en mi blog trato de ayudar a viajeros con diversa información para planear sus viajes, y ya en más de una ocasión me han contactado lector@s que quieren hacer un voluntariado. Es para ellos que estoy escribiendo este post. Si sos un@ de ell@s, ¡Seguí leyendo!

La realidad es que no he tenido tanta experiencia aún (aunque planeo seguir intentándolo), pero al fin de cuentas estuve dos años suscripta en Workaway, y considero que algunas cosas sí te puedo contar, así que hoy te traigo este post, con mi opinión completamente personal y para nada neutral.

Y te adelanto algo: yo no recomiendo Workaway. No significa que para todo el mundo sea igual, y de hecho conozco personas a las que les sirvió, y lo han usado en muchas ocasiones. Creo que lo interesante sería que leas varias opiniones, y que luego saques tu propia conclusión. 

¿Cuánto sale la membresía?

Si te anotás sol@, sale 49 euros, la pareja sale 59 euros. Dura un año. 

En 2021, cuando me iba a Italia, pagué los 49 euros. Un amigo me dijo: Pensá que con con ese precio uno paga más o menos 3 noches de hostel, así que la membresía prácticamente se paga sola. ¡Perfecto! Pensé.

Y me anoté.

Buscando Hosts.

En esos tiempos yo vivía en Campobasso, Italia, estaba tramitando mi ciudadanía, y no tenía trabajo ni mucho que hacer. Para colmo de males empezaba el otoño, y ya sabés, ¡yo detesto el frío! 

Así que básicamente me anoté en Workaway para irme un par de semanas de Campobasso. Empecé a buscar voluntariados en el centro y sur de Italia, desde Roma para abajo. ¡Mandé muchas cartas! Cada carta era como mandar un currículum, uno se presenta, cuenta un poco de su vida y lo que puede ofrecer. No obtuve muchas respuestas. 

Primero me respondió un pintor, supuestamente bastante famoso. Tenía buenas referencias, pero pese a su predisposición, me explicó que en ese momento tenía poco para ofrecer. Me dijo que si quería, tenía una casa muy grande en el campo donde vivía el hermano («que está loco», me dijo), y que podría ayudarlo a ordenar la casa. Me mandó fotos y la casa de un acumulador… ¡un verdadero caos! Yo no pude evitar imaginar que ese lugar me iba a dar tristeza, así que me excusé y le dije que mejor en otra ocasión. 

También me respondió que sí una familia de Abruzzo, para trabajar cuidando a los niños y también en una casa de campo. Pero cuando me informaron de las condiciones, eran muchas horas de trabajo, y 6 días por semana, no 5. Tampoco incluían comida, era solo intercambio de trabajo por alojamiento.

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Pese a todo, gracias a Workaway conocí algunos lugares como este.

Mi primera (y única) experiencia en Workaway.

Después de varias respuestas de ese tipo, por fin llegó un voluntariado que me gustó: un hotel en el campo, chiquito, dedicado al agroturismo y al bienestar personal. En la Puglia, y ¡a solo 5 km de la playa!

La temporada en el hotel ya había terminado, pero mi host me ofreció ir para ayudarla un poco a mantener el lugar, pues esos días ella estaba con muchas cosas, y solo estaba su mamá encargándose de todo. Me había dicho que el trabajo era ayudarla en el jardín y con la leña, pero que no me preocupara, que no era nada difícil ni de cargar peso. El voluntariado incluía 5 horas de trabajo, a cambio de casa y comida. 

Cuando llegué ¡me enamoré del lugar! El hotel era hermoso, mi habitación era un sueño, y la mamá cocinaba como los dioses. Había una chica amiga de la familia y cada noche cenábamos las tres, con el vino de la casa como protagonista absoluto.

Mi primer tarea fue doblar todas las sábanas del hotel. El segundo día me tocó desmontar la piscina, las reposeras y las sombrillas, y acomodar todo en un cuartito dispuesto a tal fin. Al tercer día me tocó el cuarto de las herramientas. Ahí ya tuve que mover unas bolsas de cemento de 25 kg y herramientas varias. Pero no me importó, estaba feliz de estar allí.

Se respetaban las horas de trabajo y descanso y la comida era riquísima. Además, me prestaron una bicicleta con la que cada día pude salir y recorrer los alrededores, llegando al mar y a una ciudad costera preciosa. 

Hasta ese momento casi no la había visto a la dueña del hotel, (a mi host de Workaway). Recién al cuarto día apareció, y me preguntó si no podía acompañarla a su casa de la ciudad a ayudarla con una mudanza, pues estaba un poco liada con eso. 

-Son dos días, ¡luego volvés! Me dijo. 

Yo, que tengo problemas para decir que no, acepté. Dejé todas mis cosas en el campo, y fuimos a Lecce, ciudad que ya conocía y que no tenía nada de agroturismo. ¡Y nunca más volví al hotel!

¡Pasé tres días envolviendo vasijas en papel burbuja! Se siguieron respetando los horarios e incluyendo la comida, pero la verdad fue que no supe poner límites y decir que esto no era lo acordado, hasta el último día y porque ya no aguantaba más. Ahí me sinceré y le dije que yo esperaba otra cosa, que había elegido ese voluntariado porque quería estar más en contacto con la naturaleza y cerca del mar. Y me fui una semana antes de lo acordado.

¡Finalmente, esa fue mi única experiencia con Workaway! Luego me volví a Argentina y se me venció la membresía.

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Uno de los días me tocó ordenar esta caseta.

Segundo año en Workaway.

Pero en 2022 volví a Europa y decidí darle otra oportunidad a la página. Por renovar obtuve un descuento del 10%.

A partir de ahí… ¡No sabés la cantidad de mails que mandé! Cincuenta, mínimo. El 80% directamente no me respondió. De los que sí lo hicieron, estas fueron mis experiencias:

  • Un hostel en Granada pagaba 25 euros semanales (hay algunos voluntariados que dicen «pay possition»), pero cuando le pregunté si incluía la comida, me respondió: -solo el arroz y fideos que dejan los huéspedes. Pero ¿qué pretendés? vamos a darte comida y encima hay que prepararte ¡es más barato pagar un empleado! 
  • Un hostel en Malta me dijo que sí, y que cuando estuviera desocupada hacíamos una videollamada, pero luego le escribí varias veces y nunca me llamaron.
  • Un chico en Sicilia me dijo que sí, y al día siguiente me dijo que había conseguido un trabajo en otra ciudad y que lo sentía mucho.
  • Un host de Vlorë, en Albania, fue el que más me desilusionó, pero admito que el error fue mío, aunque él fue ambiguo. Yo le dije que aceptaba, que iba a voluntariar con él, y él me respondió «I´ll let you know» .Y ahí estuvo mi error, pues yo leí ese «te hago saber», como un «nos vemos pronto». Saqué mi pasaje a Albania, preparé todo y cuando le puse: -En una semana estaré allí, me respondió: este mes tenemos muchos voluntarios, ¡te contactaremos por los próximos lugares disponibles! A partir de ahí decidí no usar más Workaway. Fue mi error, lo sé, pero luego conocí a una persona que había voluntariado en ese mismo hostel y me confirmó que el dueño siempre era así de ambiguo. Y quise dejar una queja.

Llamando al Customer Service...

Cuando contacté al servicio de atención al cliente, me respondieron en seguida, preguntándome si podía proveer más información, número de referencia de host, una breve descripción de lo ocurrido, cómo fue nuestra conversación y por qué medio (si por la página, por WhatsApp, por mail o por Skype), en qué fechas había quedado en alojarme con él y que copie y pegue cualquier información relevante.

Así lo hice. Me tomó media mañana recabar, copiar y pegar toda la información.

Workaway nunca me respondió. En un momento le volví a escribir y me contestaron que seguían investigando y que esto estaba tomando más tiempo que lo habitual. Luego se me venció la membresía y nunca más tuve una respuesta. 

En 2023 Workaway agregó un seguro. Esto dice la página: «Si se produce una situación de emergencia en la que el anfitrión no ha podido cumplir con sus compromisos de alojamiento y el workawayer cree que ha quedado en una situación difícil, le ayudaremos a encontrar un nuevo anfitrión en la zona o le compensaremos con hasta tres noches de alojamiento en un albergue cercano».  Yo no sabía que  lo habían agregado y ellos nunca lo mencionaron, siquiera aún para decir que no fuera aplicable.

Redondeando.

Es la primera vez que escribo un post para desestimar una página. La realidad es que a mí no me sirvió y no volvería a probar.

Sé que tal vez fui bastante exquisita con mis requerimientos, hoy no estoy dispuesta a trabajar en cosas que me parezcan explotaciones encubiertas, así que también he rechazado algunas (pocas) respuestas positivas, por parecerme que no eran suficientemente buenas.

Algún día voy a volver a voluntariar, pero en esa oportunidad voy a probar con Worldpackers u ofreciéndome en forma directa con el host (a la antigua, digamos).

Como info adicional, te cuento que en muchos hostels en los que estuve este año contaban con voluntarios que se habían ofrecido de esta forma. En algunos incluso habían carteles del tipo: «¿Querés ser voluntario en este hostel? Consultá en recepción». Así que considero que la forma antigua ¡todavía funciona!

De todas maneras, miles de usuarios se inscriben anualmente en Workaway, y también conozco muchas personas que han tenido experiencias positivas. Yo solo comparto mi opinión al día de hoy, quizás en un futuro pueda cambiar, ¿Quién sabe? ¡La vida del viajero es muy dinámica!

¿Y vos? ¿Tuviste alguna experiencia en voluntariados? ¿Cómo te fue?

Me gusta pensar este blog como una construcción colectiva, y no quiero que quede solo mi opinión no tan positiva, así que si querés aportar tu granito y contar tu experiencia, ¡podés hacerlo en los comentarios!

Nos vemos en el próximo post, ¡donde te contaré algunas cositas de mi reciente viaje por Albania!

¡Abrazo viajero!

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