Una historia tragicómica (la de los cuatro viajes suspendidos).

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¡Hola! En este post te voy a contar una historia tragicómica: de cómo arranqué un blog de viajes, en plena pandemia, sin haber salido de mi ciudad ni una vez en once meses ¡y con cuatro viajes suspendidos! Ahreee!!

¿Cuatro viajes suspendidos, decís?

Increíble, ¿no? Sí, cuatro. Entre marzo de 2020 y enero de 2021.

Cuando tenía unos 20 años, tuve un pseudo novio que a cada rato decía: vos te reís, ¡pero es triste! Siempre se trataba de algo bizarro, algo que realmente te hacía reir, pero era triste. Y esa es la frase que se me viene a la mente cada vez que pienso en esta situación, pero al revés: vos llorás, ¡pero en el fondo es gracioso! sería la variante. Y es que al final ¡no queda otra que reírse! Es tan irónico esto que estamos viviendo… que hoy llorar no es una opción. Por el contrario, tengo que estar agradecida porque teniendo salud y trabajo… quejarme por no poder viajar está casi prohibido.

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¿Cuatro viajes suspendidos? ¡Nooo te puedo creer!!

¿Y cómo es que ya vas por el cuarto viaje suspendido?

Te hago un resumen:

El mismísimo 20 de marzo de 2020, el día que arrancó la cuarentena obligatoria, yo tenía un vuelo a Mendoza con mi mamá. No viajaba con ella desde que era chica, y le había regalado un pasaje para su cumple, con la idea de hacer una escapada juntas. Ese vuelo ni siquiera salió y aún estamos peleando con la aerolínea porque jamás nos respondieron si lo podemos cambiar o no. Pero eso no me quita el sueño hoy, porque mi mamá aún no se siente segura para viajar, así que intentaré renovarlo para diciembre.

En abril de 2020, en plena pandemia, para calmar mi sed de viajes, compré un aéreo para el carnaval de Río. O sea que en este momento ¡debería estar en Brasil! Estaba barato, ¡no me pude resistir! Sabía que cualquier cosa podía pasar, y que perderlo era una opción. Así que cuando se iba aproximando la fecha,  estaba en la duda: ¿voy, no voy, voy, no voy? Qué hago, dios mío qué hagooooooo? Para colmo lo compré por una agencia, no por la aerolínea. Así que cuando entraba a la aerolínea me decía que tenía que hablar con la agencia. Y cuando llamaba o escribía  a la agencia me decían que sólo atendían casos que estuvieran a 48 hs de volar. ¡Dios mioooo! ¿Cómo me decido 48 horas antes? ¿Y el PCR?

Tanto insistí que conseguí comunicarme. Ahí me atendió una persona (a quien imaginé muerta de risa de mi inocencia), que me respondió: “desde GOL no estarán operando por estos meses, probablemente hasta el 28 de marzo”. ¡Haganme el harakiri yaaaaaa!!!!  Yo me colgaba pensando si viajaba a Río  o no, ¡y los vuelos ni salían! Así que bueno, la historia termina con otro pasaje abierto en mi poder (para usar antes del 31 de diciembre). Y ya van dos… ¡pero esto no termina acá!

En febrero de 2020 había hecho una reserva con una ONG para ir a Italia con el objeto de tramitar mi ciudadanía. Obvio que esa reserva quedó en suspenso cuando empezó la cuarentena. Pero a principios de enero de este año me puse una fecha mental: quería volar el 14 de abril de 2021. Fue en esos días que Italia cerró sus fronteras, y mi viaje volvió a ser una ilusión. Yo lloro, pero en el fondo es gracioso e irónico! No es poca cosa, este viaje ya no es una escapada, lo vengo programando hace tres años, y además, tiene mucho de mi vida en suspenso!

A finales del 2020 las cosas estaban así: había perdido el vuelo a Mendoza, el de Río era una incertidumbre y el de Italia aún más. Y llegó el tan esperado 2021! Entonces, ya más coherente en mis pensamientos, mi plan fue más modesto: mejor viajemos cerca, les dije a mis amigas. Vayamos a Córdoba en auto. Una sola provincia, para no tener el problema de cumplir muchos requisitos diferentes. Hicimos las reservas correspondientes, llenamos el certificado verano, mi amiga hizo las verificaciones técnicas del auto, todo ok, tudo joia tudo legal…

Salíamos el domingo 17/01. El martes anterior mi amiga empezó a decir: estornudé, tengo covid! Yo le decía… no seas paranoica, ¡que vas a tener! Me decía: estoy cansada y yo le respondía: ¡estás estresada! Ella insistía… perdí “un poquito” el olfato. Yo le decía: ¡nadie pierde un poquito el olfato! Parecía el cuento de caperucita roja. El jueves se hisopa… ¡y dá positivo! El viernes cancelamos las reservas y el viaje quedó en ilusión.  

Y yo aislada, ¡por contacto estrecho! Habíamos estado todo el domingo anterior juntas, programando el viaje.

¡Los cuatro viajes suspendidos! Mi primera reacción fue ponerme re mal, y ahí fue cuando se me vino esa famosa frase de mi pseudo novio pero al revés: vos llorás, pero en el fondo es gracioso!

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Uds. lloran, ¡pero en el fondo es gracioso!

Y entonces, ¿Qué pasó?

Qué pasó durante ese aislamiento? LANCÉ EL BLOG!

Sí, lancé el blog de viajes, en plena pandemia, con cuatro viajes suspendidos y mientras pasaba los días en aislamiento. Llevaba meses dándole vueltas, siempre me parecía que no estaba listo, que le faltaba esto y aquello, y sinceramente ya me estaba agobiando seguir así. Pero si no hubiera tenido este tiempo libre, no lo hubiera podido lanzar. Ese tiempo era el aire que necesitaba para tomar el envión.

A todo esto, eran mis vacaciones laborales. No pude viajar pero tampoco pude aprovecharlas vacacionando en mi ciudad. Primero me aislé por contacto estrecho, y cuando finalmente pude salir, una ola de calor insoportable invadió al país entero, y algo me habrá hecho mal, no sé. Estuve varios días sintiéndome extraña, así que por las dudas no salí. Entonces, durante todos esos días de aislamiento preparé el mail de bienvenida, configuré todo lo que me faltaba, ¡y acá estamos! Me falta un montón todavía, pero voy avanzando, ¡y estoy muy feliz!

Lo que no te mata te hace fuerte, dicen.

Hacía quince años que no me quedaba once meses seguidos  en mi ciudad.

Al suspender el cuarto viaje realmente no sabía si llorar o si reírme. Habitualmente hubiera llorado, pero realmente creo que todo esto me fortaleció, uno ya no toma estas cosas tan a la tremenda. Estamos en pandemia, razoné. Ya se dará.

¡Y así fue! De la nada, tres días después de lanzar el blog y en la misma semana que me reintegré al trabajo, me salió un viaje relámpago, una escapada a los Palmares de Colón, en carpa, con mis tres amigas que han sido mi burbuja de esta pandemia. Me fui la semana pasada, así que en el próximo post hablaré sobre ello! Sólo voy a decir una cosa: ¡nunca me sentí tan viva! Sentí que flotaba, ¡como extrañaba la sensación que produce el viajar!

Y este finde de carnaval hemos retomado el viaje a Córdoba, un poco más corto que el plan original, pero igual de hermoso: vinimos a conocer la laguna de Mar Chiquita, que hace rato que queríamos conocerla, y luego iremos unos días a las Sierras de Calamuchita. Así que ahora todas mis energías están puestas en este viaje, del que próximamente también les contaré.

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Final Feliz

Final Feliz.

Así que esta es mi historia. Luego de cuatro viajes suspendidos, parece que ya pasó la racha de no viajar, y con los dos viajes que surgieron, se me renuevan las energías y las esperanzas. Si tengo que sacar una conclusión, es otra frase: no hay mal que por bien no venga. Si no hubiera perdido ese viaje a Córdoba, todavía estaría dándole vueltas al blog y no lo hubiera lanzado.

Estoy muy feliz de estar acá. Hoy empezando.

Por último, una reflexión.

Te quiero decir a vos, viajero principiante, que si estás pensando en armar tu primer viaje y encima se te viene a ocurrir justo en pandemia, ¡no te desanimes! Recién estamos volviendo a las rutas, y aún hay que hacer todo con mucho protocolo, pero ya se puede viajar. Si aún no podés hacer un viaje largo, empezá con uno corto. Si no querés viajar en ómnibus porque es un caldo de cultivo, podés salir con un amigo que tenga auto, o tomar el tren que es más limpio, o buscar compañeros por facebook, por diferentes aplicaciones o incluso conseguir compartir un viaje por carpooling o bla bla car. Pero no te quedes sin viajar! Si necesitás una mano, estoy a un click de distancia!

¡Feliz carnaval! Como decía la gran Celia Cruz: “No hay que llorar, que la vida es un carnaval y las penas se van cantando!”

¡Nos vemos en una semana! ¡Abrazo Viajero!

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    2 comentarios en «Una historia tragicómica (la de los cuatro viajes suspendidos).»

    1. Me encantó el relato. Puedo acreditar que todo es cierto. Está muy bien contar tus jóvenes experiencias. Me consta que siempre te gustó y te gusta viajar.
      Besos y seguí con tus posteos. Me encantan‼️

      1. ¡Gracias por tu comentario Liliana! Me gusta que te guste, jaja. Esta es una historia tragicómica, pero con final feliz. 🙂
        ¡Abrazo grande!

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