Ciudadanía Italiana: ¿Cuánto hace que pensás en tramitarla? ¿Qué te frena?

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¡Este es un post para ayudarte a decidirte!

Hola! En este post quiero alentarte a que si tenés la posibilidad, ¡no dejes de tramitar tu ciudadanía italiana! Voy a intentar darte algunos tips para que sepas por dónde empezar. Porque a mí también me pasó: me daba pereza hacerla. ¡Son muchos trámites! pensaba. ¡No tengo idea como empezar! decía.  Y no tenía, es real. Un buen día me dispuse a sacarme esas barreras mentales, y acá estoy, ¡con mi ciudadanía en la mano!

Entonces, si te dan ganas de empezar, ante todo te quiero decir que si necesitás más ayuda me escribas. ¡tal vez te pueda dar una mano! No te prometo resolver tu problema, no soy gestora (ni me gustaría) y sé más bien las particularidades de mi caso y no todas las demás. Pero desde principios del 2019 haciendo mi carpeta, y en estos años, algo aprendí. 😉

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Campobasso, la ciudad donde hice mi ciudadanía (¡y que no te recomiendo!).

Desde ya te digo lo primero que tenés que saber:

  1. La ciudadanía italiana se puede gestionar tanto en Argentina como en Italia. Dependerá a qué le dés prioridad, si al dinero o al tiempo.  Un trámite es más rápido, el otro más barato. Hoy en Argentina está demorando muchísimos años, hay gente que tiene turnos de hace 10 años y aún no los han llamado. En Italia tiene su costo, porque además tenés que ir allá y vivir unos meses, pero el trámite dura menos (a mí me duró 11 meses, conozco gente a la que le llevó dos, y otra que lleva más de un año y medio, así que todo ¡es relativo!).
  2. Lo podés hacer por tu cuenta, o podés contratar un gestor. En mi caso contraté un gestor porque me pareció que sola me iba a llevar más tiempo, y haciendo las cuentas, quedarme más meses me salía más caro que pagarle a alguien. Pero esto es muy personal, y la verdad se puede hacer perfectamente por nuestra cuenta, de hecho conocí mucha gente que la tramitó sin ayuda y si te tengo que recomendar algo hoy, yo lo haría sin gestor.
  3. La ciudadanía por “reconstrucción” se hace en línea recta, sin límites de generaciones. Así que si tenés a tu bisabuel@ (o tátara, etc), abuel@, madre o padre italiano, podés obtenerla. Lo que tenés que averiguar previamente es si el ascendiente italiano (lo llamamos “el AVO”) se nacionalizó argentino. Si se nacionalizó… fuiste alpiste, salvo que el hijo haya nacido antes de ese momento.
  4. Si el hijo o hija de la primera mujer que se encuentre dentro de la línea de descendencia nació antes del 1/01/1948, hay que hacer un juicio en Roma. Es el único caso en que procede la vía judicial. En los demás casos se puede hacer vía administrativa.
  5. Existe una creencia de que debemos hacer los trámites en la comuna del AVO. Esto no es así, sino que se puede realizar en cualquier comuna de Italia. Y cada comuna es la que encargada de realizar el trámite, no es que van a Roma.
  6. Las dos cosas más importantes que deberías conseguir son: el acta de nacimiento del AVO, que se pide en Italia, y luego el certificado de la Cámara Nacional Electoral donde consta que esa persona nunca se naturalizó argentina. Pero el certificado conviene pedirlo a lo último, por lo que cuento a continuación.
  7. Debés saber que si decidís ir a Italia y querés elegir libremente la comuna (son cerca de 8000, dicen), vas a tener que conseguir todas las actas y hacer toda la carpeta en menos de 6 meses. Si pasa ese tiempo, las posibilidades de elegir comuna va disminuyendo. Yo eso no lo sabía, me tomé el tiempo de preparar mis papeles (me llevó casi un año y medio), y luego esto me jugó en contra.
  8. Este es un consejo que te doy por adelantado, aunque todavía no tengas ni una partida. Lo vas a leer en todos lados pero no lo vas a creer hasta que no viajes: ¡Nadie te puede asegurar nada de nada! Seguramente, como nos pasa a todos, vas a querer información y seguridades de cada trámite que hagas. Pero acá aplica el dicho: “a seguro, ¡se lo llevaron preso!”. Es imposible. No te la puede dar ni un gestor, ni una página ni nada. En Italia cada comuna pide requisitos diferentes, y dentro de una misma ciudad también puede que entre persona y persona las cosas se hagan diferentes. Es totalmente infructífero tomar la experiencia de otro como guía. Se puede tener una idea, pero no viajes creyendo que porque a tu amigo le salió en dos meses a vos te va a salir igual. ¡Puede que te salga en uno! O en once como a mí… jaja.

Dicho todo esto, viene la parte de explicar un poco cómo es el trámite para obtener la ciudadanía italiana. Acá quiero aclarar que esta es una mini guía, como para que arranques. Si te decidís a empezar, te sugiero seguir googleando, investigando y leyendo. Para mí la página que está completísima es la de Sebas Poillotto: 1000 cosas interesantes. Creo que al final todos terminamos leyéndolo a él. Te la dejo acá.

Juntando las actas.

Para empezar los trámites, lo primero que necesitás son las partidas de nacimiento, matrimonio y defunción de tu árbol, desde el  ascendiente italiano (el AVO) hasta vos. Todo lo relativo a la ciudadanía está regulado por la Cicorlare K28, y si bien la misma no exige las actas de defunción, lo ideal es tenerlas. La del avo sí es obligatoria, y respecto a las otras, en muchas comunas  te las van a exigir y sin ellas no se empieza el trámite.

Las actas se piden en el registro civil del cada pariente, y  deben ser legalizadas, apostilladas y traducidas al italiano por traductor matriculado. En Italia no sirven las actas bilingües que dan algunos registros civiles de Argentina, sino que sí o sí deben estar traducidas. Luego de la traducción, se pueden hacer dos cosas: 1) la verificación de la traducción en el consulado argentino correspondiente,  o 2)  la azzeverazione en Italia, que se hace en los tribunales.

Para las personas nacidas antes de 1890  las actas se pueden pedir en la iglesia de la ciudad en donde nació. 

Además de las actas, es fundamental obtener el Certificado de No Naturalización de nuestro AVO. Este documento nos va a certificar que él nunca se naturalizó en el país donde emigró, o en otras palabras, que no renunció a su ciudadanía italiana. Acá quiero aclarar algo que me pasó a mí: además del certificado de no naturalización de mi  AVO, debí presentar el de mi mamá. Yo nací en Brasil, y en el caso que mi madre se hubiera nacionalizado brasilera, inmediatamente perdía mi derecho a la ciudadanía italiana.

El Certificado de No Naturalización es un documento fundamental, ya que es el primero que van a controlar al revisar la carpeta en Italia. Se pide en la Cámara Electoral de Buenos Aires y hay que adjuntar el acta de nacimiento y defunción del AVO.

En resumen:

Una vez que tenemos todas las actas de nacimiento, matrimonio y defunción desde el AVO hasta mí, y las tenemos legalizadas, apostilladas, traducidas y certificada la traducción, y nos llegó el comprobante de la cámara nacional electoral,  ¡estamos listos para ir a Italia!

En este momento debemos ver los documentos y en qué estado se encuentran. Si están perfectos, sin errores de nombres o de fechas y si son actas con menos de seis meses: vas a poder elegir cualquier comuna para viajar. Si tienen errores o más de 6 meses, ¡vas a tener que empezar a investigar qué comuna es amigable con tu carpeta!

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¡Nos vamos a Italia! ¡Iupiiiii!

Acá tenía toda una intro contándote que estábamos en pandemia y cómo hice para entrar y bla bla bla… ¡por suerte eso ya pasó!

Así que salteamos esa parte y paso a contarte cómo se empieza todo el trámite de la ciudadanía italiana. ¡A por ello! 😉

Sello en el pasaporte.

Cuando entramos a Italia de forma directa, o siendo el primer país que pisamos del espacio Schengen, me van a sellar el pasaporte. Recomiendo fuertemente comprar vuelo directo, para que te lo sellen. Pero como todavía esto está un poco difícil,  si no entramos con el sello de Italia, sí o sí nos corresponde hacer la “Declaración de presencia”.

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Yo entré por Eslovenia, por eso tuve que hacer declaración de presencia.

Declaración de presencia.

La declaración de presencia es obligatoria para todos los ciudadanos que pisan suelo Italiano como turistas. Mediante la misma se informa que hemos ingresado a su territorio, y hay que hacerla dentro de los 8 días de llegados.

Con la pandemia esto cambió, y puede que cuando vayas a hacerla te digan que tenés que solicitar un turno por mail.

Hoy la declaración de presencia puede ser un gran dolor de cabeza: algunas comunas para otorgarla piden requisitos totalmente excéntricos, como por ejemplo, un resumen de banco traducido al italiano. Acá te dejo el link de las questuras para que escribas y averigües. 

En otras questuras sigue siendo fácil: podés ir solo con el formulario y fotocopia del pasaporte (incluida la parte del sello por donde entraste a Italia). Recomiendo llevar el formulario completo. Yo no llevé nada la primera vez y me lo rechazaron. La segunda fui con todo completo y solo me lo tuvieron que sellar. ¡Fue muy fácil!

Tip de la experiencia: si van a una comuna, ¡no pongan que están alojados en otra! No sé si esto es obligatorio o una interpretación de la persona que nos atendió, pero por las dudas… ¡es mejor no arriesgar!

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Formulario de declaración de presencia. Imprimirlo y llevarlo completo.

Código Fiscal (Codice Fiscale)

El códice fiscal y la declaración de presencia son las dos primeras cosas que deberás hacer cuando llegues a Italia. El códice es un símile con nuestro CUIT. Es incambiable, el número es para toda la vida. Es llamativo que en Italia puede cambiar tu número de documento, pero no el del código fiscal.

Es muy importante hacerlo en seguida porque lo vas a necesitar para solicitar el permiso de residencia y para un montón de cosas más, por ejemplo, para comprar un chip de teléfono. Se tramita en la Agenzia delle Entrate. Llevas fotocopia del pasaporte y decís: “devo fare il códice fiscale per la prima volta”. Algunas agencias te van a pedir que vayas con turno. Como el turno se pide por teléfono, y seguramente vos no tengas teléfono italiano, esa puede ser tu excusa para ver si te lo hacen en el momento. Si te insisten con el turno, tendrás que volver. Pero el trámite es fácil. Te dan un formulario, cargan tus datos, te dan el papel. ¡y listo!

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¡Mi cara luego de gestionar el códice fiscale!

Fijando residencia.

Una vez que llegamos a Italia es fundamental fijar residencia. La forma de obtener el reconocimiento de ciudadanía italiana (más que obvio) es ser residentes en Italia. Un dato a tener en cuenta: hasta que no quede cerrada la residencia en general no se inicia la revisión de la carpeta. Obvio que como todo es tan relativo, puede ser que comiencen a mirarla, pero no es lo común.

Para fijar residencia podemos hospedarnos en lo de algún conocido o debemos estar alquilando un cuarto o un departamento. No sirve el alquiler de airbnb, o estar hospedados en un hotel.

Depende la comuna, en algunos casos hay que ir con turno previo, otras se va directamente a la oficina del anágrafe y se presenta todo ahí. En caso de alquilar, el contrato debe estar registrado y para poder empezar el trámite te van a pedir que lleves el formulario impreso junto a la fotocopia del contrato de alquiler, de la declaración de presencia, del códice fiscale y del pasaporte.   

Luego viene una de las partes que más ansiedad genera: esperar al vígile. El vígile es un oficial de la policía municipal que va a pasar a constatar que realmente residís en el lugar que declaraste. Para esto tiene 45 días, y lo “simpático” es que últimamente, gracias a la pandemia, suele no pasar, o hasta suelen no notificarles, con lo que la residencia en estos casos va a quedar cerrada automáticamente por el transcurso del tiempo (45 días). Esto obviamente, nos atrasa los trámites.

Luego que pasa el vígile, tiene unos días para cerrar la residencia. Puede ocurrir que te pidan mail o teléfono y que te avisen, pero también puede pasar (como en mi caso) que no te notifiquen, pero te vas a enterar que ya está cerrada cuando hagas otros trámites para los cuales también necesites la residencia.  Si el trámite procede, es porque ya está todo ok.

Presentando “la carpeta”: Richiesta di cittadinanza.

¡Este es el paso más importante! Es cuando llevas la carpeta al comune con tu árbol genealógico y el certificado de la Cámara Nacional Electoral. Se debe acompañar la carpeta con un formulario y una marca de bolo (16 euros). Luego cada comune exige una modalidad diferente en cuanto a cómo se debe presentar. En mi caso me pidieron que le saque todos los ganchitos (¡que eran miles!) y le entregué todos los papeles sueltos, sin carpeta ni nada. Morí de miedo de que se traspapelara algo, pero no me iba a poner a discutir. ¡Nunca discutan con nadie, mejor andar de buenas!

Una vez presentada la carpeta, debemos pedir el número de protocolo, ya que lo vamos a necesitar también para otros trámites, y además porque viene bien tener una constancia escrita de que ya presentamos la carpeta.

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Minutos antes de entrar a la Comune para entregar carpeta. ¡Que nervios!

En la dulce espera...

Luego viene esa etapa, en la que me encuentro en este momento: ¡la de esperar! Comernos las uñas durante un tiempo imposible de calcular. ¡Ya nada depende de nosotros!

La comune va a revisar la carpeta, y si está todo correcto, debe enviar consultas a los consulados correspondiente a la ciudad donde haya residido cada uno de tus antepasados (¡y vos!), para corroborar que ninguno haya renunciado a la ciudadanía italiana. Esa consulta es “la famosa PEC”. La Pec es la “posta elettronica certificata”, un correo electrónico que tiene el mismo valor que una carta certificada con acuse de recibo.

Cuando los consulados respondan las pec, te van a informar por mail o por teléfono que ¡ya sos ciudadano italiano! ¡La espera y la tortura han terminado! O casi…

Luego de esta comunicación aún faltarán transcribir en el registro italiano tu estado civil, tramitar tu carta de identidad y tu pasaporte. Estas tres últimas cosas también llevan su tiempo, pero al menos a esas alturas ya vas a ser italiano y la ansiedad ya va a haber disminuido bastante.

Permesso di Soggiorno.

Por último, te cuento que si estuvieran por vencerse tus 90 días como turista, deberías tramitar este permiso. Algunas comunas también te lo piden para fijar residencia, pero no es lo más común. Lo mejor es consultar, porque el permiso se paga, y si la ciudadanía viene bien en cuanto a tiempos, no lo vamos a necesitar.

El permiso se solicita en el correo (la poste italiana) y el recibo que te dan es lo que nos sirve para justificar que estamos en Italia pasados los 90 días

¡Y esto es todo amigos!

Bueno, no todo. Aunque este artículo parezca muy largo, en realidad de cada ítem hay mucho para decir. Pero como dije al principio, esta pretende ser una guía como para empezar. Muchas personas me están escribiendo en estos días, y quise escribir algo como para poder informar de todo lo que aprendí hasta ahora.

Y por supuesto, lo que necesites saber, me podés escribir, ¡o lo podés consultar en los comentarios acá abajo!

¡Abrazo viajero! ¡Ci vediamo presto!

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