21 horas en Estambul nunca vienen nada mal…

¡Hola hola de nuevo! Esta semana te voy a traer un post cortito sobre mi escala en Estambul. Cortito como la escala, que fue de 21 horas. 😉

Mezquita Azul.

Viajando con Turkish.

Como conté en este post, para llegar hasta Italia tuve que hacer un paseo por varias ciudades, y entre ellas estaba Estambul. Viajé con Turkish, una aerolínea que tiene aviones espectaculares y comida gourmet, pero que además ofrece alojamiento y traslados gratis a quienes tienen escalas de entre 12 y 24 horas horas en un hotel de 4 estrellas (y 5 estrellas para quienes viajen en Business class).

Para alojarnos a todos, Turkish cuenta con más de 10 hoteles.  Cuando te bajás del avión, tenés que buscar el mostrador del  “Hotel desk” dentro del aeropuerto. A mí me resultó difícil encontrarlo pero preguntando se llega a Roma, dicen. Yo viajé con un grupo de 12 personas, y como se tarda en llegar al mostrador, pues hay que hacer migraciones, terminamos en diferentes hoteles, pero todos felices porque eran uno más lindo que el otro.

El que me tocó a mí se llama hotel Clarion, estaba situado 15 minutos del aeropuerto, pero bastante lejos del centro. Cuando llegué allí, ¡no lo podía creer! ¡Me dieron un cuarto para mí sola! Fue una pena que llegué a las 2 de la mañana, y me quería levantar temprano para conocer un poquito de Estambul, así que no pude disfrutar mucho del hotel.

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Así son los aviones de Turkish.
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Así era mi hotel en Estambul.

Recorriendo el centro histórico.

A la mañana nos juntamos tres personas y pedimos un Uber hasta el centro. Dividiendo el costo, nos salió unos 5 dólares a cada uno. El centro está ubicado a 45 minutos en auto, así que el precio resultó bastante justo.

Lamenatablemente no pude conocer mucho; solo pude caminar un par de horas por el barrio de Sultanahmet, la parte histórica de la ciudad, a orillas del Bósforo.  Conocimos la Mezquita Azul, adonde entramos gratis pero las mujeres tuvimos que comprarnos un pañuelo para cubrirnos la cabeza. Los venden afuera de la mesquita por un dólar. La Mesquita de Santa Sofía, por desgracia se encontraba cerrada. 

Luego recorrimos un hermoso parque llamado Gülhane Parkı Mescidi, que finalizaba a orillas del Bósforo.  Seguimos caminando, y paseando por callecitas llena de restaurantes, casas de dulces, y ventas de pañuelos y alfombras. Por allí nos ofrecieron de probar algunos dulces especiados que me resultaron fuera de serie. Los turcos son muy educados al intentar vender, te hacen probar todo y luego es difícil decirles que no les querés comprar. También hacen una especie de show con todo, por ejemplo si querés comprar un helado de cucurucho empiezan a revolear el helado para todos lados como que se va a caer, pero no se cae; también emulan que te lo tiran por la cabeza y cosas así.

En general todo el mundo nos quiso ayudar. Estuve muy pocas horas en Estambul, pero me encantó la hospitalidad de la gente. Me quedé con muchas ganas de más, ya iré con más tiempo, ¡promesa viajera!

También me dijeron que el turco es un idioma fácil. Yo no entendí nada pero me pareció que muchas de las palabras más modernas están adaptadas del inglés. Tipo: Electronik.

Volviendo al aeropuerto de Estambul.

Al mediodía debimos regresar al hotel. Nos habían prometido venir a buscarnos a las 14:00 hs y así fue, ¡puntualísimo! El traslado al aeropuerto también es gratis y en la traffic nos volvimos a juntar todos los que volábamos juntos hacia Croacia.

El aeropuerto de Estambul es gigante y súper moderno. Conviene llegar con tiempo siempre. Nosotros nos teníamos que hacer el PCR allí, pues se nos iba a vencer el que nos hicimos en Argentina. En el aeropuerto te lo hacen por 250 libras turcas (unos 25 euros) y el resultado está en dos horas. Así que cortamos clavo como locos porque el avión salía en dos horas justamente. Mi resultado estuvo a la hora, pero a una de las chicas no se lo llegaron a dar y tuvo que embarcar sin que se lo dieran porque además te lo entregan en papel, no te llega al mail.

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Volviendo a embarcar.

El embarque fue rápido. Sólo me revisaron la valija de mano y me sacaron un alcohol en gel porque era de más de 100 ml. Llegamos corriendo al avión, ya que por buscar el PCR se me hizo un poco tarde. Atrás dejábamos esta moderna ciudad musulmana, a la que seguimos apreciando desde el cielo por un rato.

Estambul-desde-el-aire

Llegando a Italia.

Cuando llegamos a Italia nos enteramos de que  al final tuvimos muchísima suerte… dos días después de llegar, en Argentina dispusieron la suspensión de los vuelos que tengan como origen o destino la República de Turquía! ¡Zafamoooooo!

Y bueno, hoy estoy en Rímini, y me quedaré por cinco días más, así que ya les contaré en breve mis apreciaciones sobre esta zona de Italia 😉

Pero mientras tanto, podés contarme si estuviste en Estambul alguna vez. ¿Te gustó? ¿Qué me recomendarías para mi próximo viaje? ¡Espero tus comentarios!

¡Nos vemos en una semana! ¡Abrazo  viajero!

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¡No salí muy favorecida!

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    2 comentarios en «21 horas en Estambul nunca vienen nada mal…»

    1. Que lindo! Me dieron ganas de ir a conocer. Estambul no es un destino que hubiese pensado ir alguna vez. Pero viendo esas fotos y lo que contas de la ciudad y su gente, despertaron mis ganas de conocerlo.

      1. ¡Gracias Elisa! Espero que pronto puedas programarlo, ¡es un lugar que merece la pena conocer! ¡Vayamos juntas! 😉

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