10 cosas que aprendí gracias a la pandemia.

¡Hola! El post de hoy es un poco más personal. En estos días estuve pensando mucho acerca de esta pandemia que no se termina, y de qué manera me había influído y hasta determinado mis acciones durante estos casi dos años. ¿Había algo positivo que me hubiera quedado, después de todo? ¿Pude aprender algo de todo esto? ¿O fue todo una pesadilla y dos años perdidos que nunca más voy a recuperar? Papel y lápiz en mano, me puse a reflexionar y a escribir sobre este tópico: ¿Qué me dejó la pandemia? Las conclusiones me sorprendieron hasta a mí, y hoy te las quiero compartir. ¡Acá van!

acostumbrandome-a-la-pandemia
Acostumbrándome a la pandemia... 🙁

1) Que la vida nos puede cambiar de la noche a la mañana.

Diez de marzo de 2020: Fiesta de disfraces en un garaje de techos bajos. Éramos cerca de 40/50 personas y hacían al menos 30 grados durante esa noche. Todos bailando, todos abrazándonos y haciendo trencito. Diez días después nos estábamos encerrando por sesenta días, sin contacto, menos besos y abrazos. ¡Sesenta días sin salir de mi departamento de 40 metros cuadrados! La vida nos cambió por completo, de un día para otro ¡y por mucho tiempo. Y lo peor de todo… ¡Sin preaviso!

cambia-todo-cambia
¡Que fantástica, fantástica esta fiesta!

2) Que los planes pueden fallar, y que si fallan se hacen otros planes.

¡Tantos viajes cancelados! A Mendoza, a Italia, a Río de Janeiro y a Córdoba en el verano, pues la chofer se contagió de Covid un día antes de viajar. El más sufrido fue mi viaje a Italia, que era mi zanahoria, mi proyecto de hacía ya tres años. Tuve que ponerme en “modo suspenso” ¡por más de un año! Y tuve que hacer otros planes: formarme, prepararme para tener un “plan b” y finalmente el día llegó: viajé un año más tarde, ¡pero viajé! Fue en junio de 2021.

viajando-por-un-sueño
En Ezeiza... ¡Viajando por un sueño!

3) Que hoy es hoy. ¡Carpe Diem!

Podemos morir mañana, esta vez sí que fue literal. ¡Aprovechemos el día! No dejemos de hacer lo que nos gusta, lo que nos hace sentir felices. No tengamos miedo y pasemos a la acción. ¿Es tan grave si fallamos? Yo descubrí que quiero que mi norte sea siempre esta pregunta: ¿Qué quiero hacer hoy? ¡Dejemos de vivir en piloto automático por dios!

4) Que puedo estar muchas horas/días/meses sola y me llevo bien conmigo misma.

Literalmente me pasé 60 días sola en un departamento de 40 metros cuadrados. No sé cómo hice, pero en ese momento podría haber pasado otros 60 sin problemas. Me creé una rutina, las comidas eran mis separadoras del día jajaja. Me levantaba, desayunaba, leía, tomaba sol, limpiaba, almorzaba, dormía siesta, merendaba, hacía gimnasia, estudiaba un poco, hacía alguna videollamada, cenaba, miraba tele y me iba a dormir. Sesenta días iguales, y los resistí sin volverme loca en el intento. Luego en Italia y ya en modo viaje, también pasé muchísimas horas sola y también lo llevé muy bien. ¡Solo necesito música e internet! Para alguien que quiere iniciar un viaje solo, es importante saber estar muchas horas consigo mismo y no deprimirse por ello.

5) Que la gimnasia, la alimentación y las buenas relaciones nos mantienen altas las defensas.

No tengo mucho para aportar en esto, es así y punto. Si le podés agregar la meditación y muchas risas, cerramos el combo.

6) Que podemos aprovechar ese tiempo libre para ordenar nuestras ideas y tal vez así surjan cosas nuevas para emprender, tanto durante la pandemia como después.

Dicen que los tiempos de crisis son tiempos de oportunidades. Durante la pandemia ¡aprendí un montón de cosas nuevas! Fue gracias a estar 24/7 sola que empecé a leer sobre nomadismo digital, sobre WordPress, sobre aprender a hacer un blog… También hice cursos de finanzas personales, de redes sociales, y ahora estoy haciendo uno sobre exploración creativa, con @rulodeviaje, un viajero a quien admiro un montón. Y acá me ves, estuve encerrada pero no salí del confinamiento siendo la misma persona. También aprendí a bajar un cambio, yo vivía muy bien, pero nunca me detenía a analizar mi vida. Un parate ¡me vino excelente!

ejercicios-fotográficos
Uno de los ejercicios del curso de Rulo: tomar un hábito y romperlo durante una semana.

7) A hacer cosas que hacía mucho que no hacía.

Como en la pandemia estricta no podía hacer las cosas que generalmente hacía (como viajar, por ejemplo), retomé otras que prácticamente había abandonado. Empecé a estudiar otra vez, volví a sacar fotos después de muchos años, me compré una cámara nueva, caminé por los parques como nunca, salí a mirar la ciudad con ojos de turista. Por supuesto que esto no compensa en nada todo lo que dejamos de hacer, ¡pero hay que mirar el medio vaso lleno!

fotos-en-pandemia
Fotografiando la pandemia. Estos se llamaron "Círculos del Respeto".

8) Esto es muy personal: yo vivo pensando que todo esto ya se está por terminar, o que ya falta menos.

No tengo idea si es así pero no pienso a largo plazo en el Covid. Si en marzo de 2020 hubiera pensado que casi dos años después seguiría existiendo la pandemia, no estaría acá escribiendo. Luego me voy adaptando, pero siempre pensando que esto se está por acabar.

9) A no relajarme nunca. Es un bajón. Pero ya me aislé varias veces, aunque nunca tuve Covid.

Nada me gustaba más que reunirme. Esas reuniones que empezábamos siendo tres y de golpe éramos 30 en mi casa, con un par de extranjeros colados. Con la pandemia tuve que aprender a juntarme con pocas personas, al aire libre y con cuidados. Yo soy una persona de extremos. O me lavo las manos 387483 veces, o no me las lavo para nada. Si me relajo, me olvido de la pandemia. Así que hoy lo hago más por mis seres queridos que por mí. Creo que podemos hacer nuestra vida más o menos normal si nos cuidamos. El límite siempre es cuidar al otro.  

10) A no dejar de soñar nunca.

Una maldita pandemia no me va a hacer abandonar mis sueños, ¡no señor! Confieso que me puso en jaque muchas veces, varias personas me increparon sobre si debía ir a Italia o no, me cuestionaron sobre de qué me estaba escapando. Y lo único que hicieron fue hacerme dar cuenta de que mi sueño era muy fuerte. Y acá me tenés, luchando por mi sueño que es vivir viajando. Y vivir viajando en verano. Como decía la peli: retroceder ¡Nunca! Rendirse ¡Jamás!

ni-la-pandemia-me-va-a-parar
¡Nunca dejes de soñar!

¿Y a vos? ¿Qué cosas te enseñó la pandemia? ¿Sentís que te quedó algo positivo de todo esto? ¡Espero que sí! Que no sean años perdidos, ¡por favor! Te leo en los comentarios.

¡Nos vemos la próxima semana! ¡Abrazo viajero!

Seguime en las redes:

Si te gustó este post, o si te encanta el blog en general, ¡Suscribite acá abajo!

    2 comentarios en «10 cosas que aprendí gracias a la pandemia.»

    1. La escritura constante mi «Amiga / Viajera», que está luchando día a día por sus sueños, guiada por su deseo, lo cual implica casi siempre romper estructuras familiares, conocidas, que mayormente nos dan seguridad y creemos que nos dan confort, es muy bella. Nunca se llega a un sueño sin enfrentar miedos, sin arriesgarse a perder algo, sin dejar de escuchar tanto a los Otros y más a nosotros mismo…. El que arriesga siempre gana, porque sea como sea el resultado, lo importante es estar en el camino de los logros, de lo nuevo, de lo distinto. Aprendamos como dice «Ruloviajes» que de una Tragedia, como la rotura de 5 platos antiguos de la abuela, hizo poesía, lo pudo transformar en un viaje y permitió a muchas Abuelas , reinscribir el dolor que tenían dentro suyo. Nuca olvidemos que el movimiento, la pregunta, la mirada que cobija es siempre sanadora…..Exitos Sue y nunca bajes los brazossssssssssssss

      1. ¡Muchas gracias Celi por tus palabras! ¡Nunca dejemos de soñar!

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

    Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.