¡Hola! Luego del éxito de mi post anterior, donde conté cómo recorrer Albania sola y en transporte público, vengo a contarte estas 10 cosas de Albania, que probablemente ¡no te imaginarías!
Albania me sorprendió. Luego de estar viviendo casi un año y medio en España, llegar a los Balcanes fue una inyección de adrenalina total. Me encontré con un país totalmente desconocido, con un idioma dificilísimo, una cultura principalmente musulmana y donde todo funciona un poco distinto a la Europa Schengen.
Estas 10 curiosidades son cosas que fui aprendiendo, mientras caminaba, o charlaba con la gente, o mientras tomaba un café y miraba la vida pasar. Incluso me encontré googleando cada vez que algún hecho me llamaba la atención. ¡Es increíble como viajar nos conecta con todos los sentidos y nos abre la mente! Este fue un viaje inspiracional para mí.
Espero que este post te produzca alguna de estas sensaciones, ¡y ojalá haga que te pique el bichito de conocer Albania! Si es así, este post cumplirá su propósito. 😉
Bueno, sin más preámbulos, ¡acá vamos!
1. En Albania hay un mural de Messi.
Esta no sería la curiosidad N° 1 de Albania, pero como argentina que soy, me permito la arbitrariedad númerica! Yo flasheé cuando me enteré! ¿Un mural de Messi? ¿Cómo puede ser?
¡Tuve que ir a constatarlo! Y sí, ahí estaba, en pleno centro de Tirana, la capital de Albania. Lo podés encontrar en google maps, acá. ¡Grande fue mi emoción al verlo! Un mural de 30 metros, ocupa todo el edificio en cuestión. La camiseta arrugada y las 3 estrellas sobre el escudo fueron los detalles que más me llamaron la atención.
Maximiliano Bagnasco es el autor de esta impresionante obra, quien fue convocado en el marco del Festival de Murales de Tirana, realizado en mayo de este año. La obra se inauguró en junio, y la ciudad ya cuenta con un nuevo punto turístico. Los albaneses lo celebran, ya que son fanáticos de nuestro ídolo nacional.
2. En Albania Hay miles de búnkers desperdigados por todo el país.
Esta es la primera de las cosas de Albania que te vas a enterar ni bien llegues, o antes, mientras estés buscando información sobre este país. Se merece el número 1 ¡pero ya expliqué mi arbitrariedad!.
Durante los años de la dictadura, el líder de la República Popular Socialista de Albania, Enver Hoxha, paranoico y temeroso de una invasión de los países vecinos y no tan vecinos o incluso de una conspiración dentro del mismo país, hizo construir estos búnkers, que además salieron un dineral, en un momento en el que en Albania el horno no estaba para bollos.
Hay quienes dicen que el número de búnkers llega a 170.000, y hay quienes aseguran que son 700.000. También dicen llegaron a construir uno por cada 4 habitantes. Cual de estos datos es el real no lo sé, pero lo cierto es que hay un montón, y los vas a ver por todos lados. En mi viaje, sin miedo a equivocarme habré visto unos 50, camuflados entre grafittis y vegetación, en las rutas, en las playas o en las montañas, o en el pleno centro de las ciudades.
En Tirana hay dos bunkers que se pueden visitar, y que se llaman Bunk´Art N° 1 y Bunk´Art N° 2. El primero está lejos del centro, pero es muchísimo más grande, diríamos que enorme. Yo visité este, y luego de una hora tuve que salir, porque el olor a químicos, mezclado con el frío y las historias sobre el lugar, me dieron un tremendo escalofrío. Pero vale la pena conocerlo.
El Bunk´Art N° 2 está en el centro, es más pequeño y más rápido de visitar. Mi recomendación es que visites alguno de los dos, porque a través de ellos, vas a conocer bastante de la historia de esta oscura época del país. La entrada cuesta 700 leks (7 euros, cada uno).
3. Albania fue un país completamente aislado durante los años de la dictadura.
Enver Hoxha gobernó desde 1944 hasta su muerte, en 1985. Durante su mandato se fue distanciando de todos los países de los que al principio se había considerado aliado: de Yugoslavia, de la Unión Soviética y finalmente, de la República Popular China.
Una vez aislado, Hoxha sólo continuó profesando su lealtad hacia los principios stalinistas, de quien fue ferviente admirador hasta su muerte. Todo aquel que se oponía a su régimen, era considerado enemigo y condenado a la pobreza extrema, o encarcelado, torturado y eliminado.
Así las cosas, Albania se autoabastecía, y el pueblo quedó en un estado de completa pobreza y aislada del resto de Europa. El miedo a la represión los volvió sumisos y obedientes. No se construyeron más rutas y las fronteras estaban cerradas, nadie podía entrar ni salir.
Fue recién a mediados de los ´90 que Albania comenzó a abrir sus puertas al turismo. En un principio los Albaneses no tenían dinero para salir de viaje, ni infraestructura para recibir turistas. Pero lo que sí ocurrió fue que muchos de ellos dejaron para siempre el país. Hoy se sabe que hay más albaneses fuera de Albania que adentro.
En la actualidad Albania pretende convertirse en un destino vacacional similar a sus vecinas Croacia y Montenegro, y el algoritmo de Instagram está haciendo su magia para que esto ocurra. ¡Veremos que pasa en los próximos años!
4. Albania fue el primer país del mundo en declararse ateo.
Esto también está relacionado al gobierno de Enver Hoxha. El dictador (nacido en una familia de origen musulmán), al tiempo de comenzar su mandato decidió prohibir toda práctica religiosa. En 1967, fue al extremo de proclamar a Albania como oficialmente atea, convirtiéndose en el primer país del mundo en hacer tamaña declaración.
Pero no contento con ello, Hoxha continuó con una ardua persecución a todas las religiones, destruyendo tanto iglesias como mezquitas. Son muy pocas las que sobreviven al día de hoy, algunas se conservan pero en muy mal estado, aunque se están llevando a cabo tareas de reconstrucción.
En la actualidad, Albania es un estado laico, pero se permiten todas las religiones. El 60% se autoproclama musulmán, el 30 % cristianos ortodoxos y el 10 % católico, aunque pocos pobladores son realmente practicantes. Sin embargo es común escuchar el llamado a oración al mismo tiempo que las campanadas de la iglesia.
5. Albania en Albania no se llama Albania.
De esto me enteré en este free walking tour en Tirana. Llevaba ya 15 días en Albania y no había escuchado este dato tan curioso. El nombre real de este país es Republika e Shqipërisë, donde Shqipëri significa «tierra de águilas». El nombre Albania, en cambio, proviene del latín «albus», que significa blanco, y que hace referencia a la nieve de las montañas.
Luego de esta historia, pude constatar que en los edificios públicos, en efecto, está escrito ese nombre, y no dice Albania.
Parecida a esta contradicción, encontré también que los edificios públicos poseían banderas de la Unión Europea, aunque Albania no pertenece a la Unión Europea. La explicación a este curioso hecho es que con la colocación de estas banderas, los albaneses quieren dejar bien clara su intención de pertenecer. Fue en 2009 cuando pidieron su incorporación, y recién en 2014 obtuvieron su estatuto de país candidato, pero ninguna novedad se tuvo hasta el día de hoy, sino que solo «están abiertas las negociaciones».
6. Albania es el país con más Mercedes Benz per cápita.
Aunque Kosovo no se quedaba atrás, Albania se lleva todos los premios. En ciudades como Shkoder, el paseo de la tarde consiste en conducir por las calles principales arriba del cuatroruedas alemán, lo que les provoca a sus habitantes una sensación de alto status social.
Respecto al motivo, no leí ni escuché dos historias iguales, pero estas 3 son las que más resuenan en la cultura popular:
- Que la mafia albanesa los traía del exterior.
- Que como el dictador Hoxha tenía uno, los albaneses juraron que el día que se termine la dictadura, trabajarían duro para conseguir ser dueños de un Mercedes.
- Que como las carreteras de Albania están en pésimas condiciones, este era el único coche capaz de soportar su estado.
Creo que la realidad es una mezcla de todo esto, y que, como el Mercedes se convirtió en un símbolo de prestigio y status social para los albaneses, todos acaban trabajando duro para poder comprarse uno.
Yo prefiero ahorrar para viajar, pero… ¡En la variedad está el gusto!
7. Ksamil es la playa más sobrevalorada de Europa.
Esta fue otra de las cosas de Albania que descubrí solo al llegar. Cuando estaba organizando mi viaje, siempre veía posts sobre Ksamil, donde la anunciaban como la playa más paradisíaca de la Riviera albanesa. Condiciones no le faltan: los colores del mar realmente se asemejan a los del caribe, la arena es blanca y los paradores tienen mucho glamour.
Depende de lo que te guste. El lugar en sí es bello, pero si te gustan las playas tranquilas, este no será tu destino. No existe ningún sitio con espacio para ir por libre. Todos están llenos de sombrillas y reposeras, y la única forma de pasar el día en una de ellas, será pagar. Y aunque vayas con la intención de pagar, están tan pero tan llenas que para mí no vale la pena. La música suena fuerte, y hay mucho ruido todo el tiempo. ¡Claro que esto va de gustos! Pero mi experiencia y la de algunas personas que conocí fue llegar hasta allí, sacar un par de fotos y regresar a Saranda o aprovechar el viaje y seguir hasta las ruinas de Butrinto, que están bien cerca.
Eso sí, si querés hacer un reel para Instagram, hay hamacas sobre el mar, corazones de paja y otras «locaciones» perfectamente colocadas a tal fin. Ksamil no es un lugar para relajarse y disfrutar, es un lugar para mostrarse en Instagram. Esa fue mi sensación.
8. En muchos bares vas a ver exclusivamente hombres.
Sinceramente, el motivo de esto no lo sé. Creo que tiene que ver con la religión musulmana, porque lo mismo ví en Tánger y alguien mencionó que ese era el motivo. Me avergüenza un poco no poder contarte el por qué de esto, pero bueno, para mí fue algo llamativo, y sé que era algo que observamos muchos turistas, y era un tema recurrente en cualquier conversación e incluso en los walking tour.
Exceptuando en los bares más turísticos, en los más locales no hay mujeres. Y como conté en el post anterior, te vas a sentir observada si pasás caminando. Esto no significa para nada que sea peligroso, están todos muy tranquilos, tomando raki, cerveza o café.
9. Hay un pedazo de muro de Berlín en Tirana.
Sí, ¡así como lo estás leyendo! Hay un pedazo de Muro de Berlín en Tirana, la capital de Albania. El mismo fue donado por la ciudad de Berlín como símbolo de la libertad recuperada por el pueblo tras la caída del comunismo.
Además, este pedazo de pared es uno de los tres símbolos de lo que se llama «Postbllok Memorial», una instalación artística formada por un bunker, varias columnas de hormigón de una prisión, y este pedazo de Muro de Berlín. Los tres están ubicados juntos, en el Parque Ismail Qemali, muy cerca de la antigua residencia de Hoxha y en el barrio más top de Tirana.
10. La gente fuma adentro y afuera.
La última de las cosas de Albania que no conocía es ¡insoportable! Cuando en Argentina prohibieron fumar en los espacios públicos, yo pensé que era una exageración. Quince años después, me he acostumbrado tanto a esta prohibición que ahora me molesta muchísimo. Grande fue mi sorpresa cuando descubrí que en Albania ¡está permitido fumar en los lugares cerrados!
Eso de estar almorzando y que el humo se meta entre tus narices es verdaderamente incómodo. Sobre todo en Albania, ¡donde la comida es tan sabrosa y huele tan bien! Fue uno de los pocos puntos negativos que le ví a este país.
¡Y esto no es todo lo que aprendí!
Y estas no fueron las únicas cosas que aprendí de Albania y de las que no tenía ni idea. ¡Hubieron muchas más! Para mí, este país fue una gran sorpresa y ¡estoy tan feliz de haberlo visitado!
- Aprendí que su bebida típica es el raki, que me hizo acordar a la cachaça (¡no puedo evitar las comparaciones cuando estoy viajando!).
- Aprendí bastante sobre los Otomanos, de quienes sólo sabía de su existencia, pero no recordaba nada de ellos (un día, a las dos de la mañana y con insomnio, me encontré googleando: ¿quienes fueron los otomanos?).
- Me enteré que el lago Ohrid es es más antiguo de Europa y uno de los más antiguos del mundo, ¡y tuve que ir a conocerlo!
- Me acostumbré a ver perros callejeros por todos lados, siempre marcados e identificados.
- Desmitifiqué algunas cosas que había leído, como que las carreteras estaban en estado de destrucción, lo que (para mí) no era así.
- Probé un montón de comida deliciosa, sobre todo en el Restaurante Puri, en Shkoder, donde fui a comer casi a diario.
- Y por supuesto, me hice preguntas de todo tipo, como por ejemplo ¿cuál será el futuro de este país? ¿cómo será en 10 años? Y me prometí volver a verlo ¡para sacar mis propias conclusiones! Y volcarlas acá, ¡por supuesto!
¡Ojalá que estas curiosidades despierten tu interés en visitar este país! Sinceramente, ir a Albania porque las playas son bellas no debería ser tu móvil, pues si vas solo por esto, tal vez te lleves una decepción. Para mí hay que ir a conocer su historia, probar sus platos, observar mucho, hablar con la gente, caminarla, y en pocas palabras ¡vivirla!
Otros posts sobre Albania y alrededores:
Si querés seguir planeando tu viaje por Albania, acá te dejo otros links a posts que escribí sobre este hermoso país:
- Recorrer Albania sola, y en transporte público.
- Qué visitar en Tirana.
- La mejor playa de Albania (para mí).
- Planes para hacer en Shkoder y alrededores.
También escribí estos otros sobre Macedonia del Norte, por si estás viajando por los Balcanes y querés echar un vistazo:
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¡Nos vemos pronto! ¡Abrazo viajero!
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2 comentarios en «10 cosas de Albania que no te imaginás.»
Siempre es un placer seguir tus aventuras ❤️ y aprender!!!
¡Muchas gracias Larissa! Me alegro que te gusten, y enterarme que aprendiste algo a través del post ¡me llena de felicidad! ¡Gracias por tu devolución!