¡Cinco ciudades increíbles para viajar en solitario!

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(Un post de amigos).

¡Hola! Esta semana te traigo un post ¡escrito por algunos de mis mejores amigos! Esto fue un juego para mí: les pedí que elijan una ciudad que a su criterio y en base a su experiencia sea amigable para viajar solos. Tenía que ser una ciudad relativamente grande, donde además de sentirnos seguros, hubiera suficientes cosas para hacer y no aburrirse. ¡Quedé encantada con los resultados! ¡Espero que a vos te gusten tanto como a mí, y que las elijas entre tus próximos destinos! Al último post lo escribí yo pues… bueno, ¡yo también quería elegir una ciudad!

Las elegidas fueron: Washington DC, Estambul, Florencia, México DF y San Pablo.

¡Espero que disfrutes del post! ¡Allá vamos!

Recorriendo Washington DC.

Por Milagros San Román

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Washington DC

Washington DC es la capital de Estados Unidos. Es una ciudad muy tranquila por ser capital y muy ordenada y limpia.

Es una ciudad muy segura para viajar solo. Cuenta con muchas opciones de hostels, airbnb e incluso hoteles accesibles teniendo en cuenta calidad y ubicación.

Tiene una red de subtes no tan grande si lo comparamos con otras capitales del mundo pero es completa y podés llegar, por ejemplo, hasta su aeropuerto principal.

También tiene una excelente conectividad con otras ciudades via tren. Desde DC podés ir a Philadelphia o New York en unas pocas horas.

Y si querés una opción más económica cuenta con ómnibus que si comprás con bastante anticipación podés conseguir muy buenos precios y son seguros y en general todos tienen wifi. La única desventaja es que el viaje es más largo.

La ciudad de Washington tiene un área central denominada “The Mall” donde se encuentra en la parte norte el capitolio, en el centro el Monumento de Washington y hacia el sur el Lincoln Memorial. Éste último seguramente ¡lo viste en muchas películas!

A ambos lados de este “Mall” podés encontrar varios museos que pertenecen a una asociación llamada Smithsonian que además de ser muy buenos y completos ¡son gratis! Entre ellos está el Museo de Aire y Espacio donde podés ver el Apolo 11, el museo de Historia Natural, el de historia americana, entre otros. Muy recomendable visitarlos y al ser gratis no hace falta que te pases un día entero adentro del museo.

Dos zonas también muy recomendables para visitar son Georgetown donde se encuentra la universidad con ese mismo nombre. Es una zona llena de juventud, bares, muchos negocios y actividad nocturna.

Y por otro lado la zona de Dupont circle, donde también hay muchos bares y actividad nocturna y además tiene una zona residencial, muy pintoresca, donde se encuentran muchas embajadas.

En el sur de Washington está el río Potomac que lo separa de la ciudad de Arlington (Virginia), donde podés visitar el pentágono o el cementerio de Arlington donde están enterradas muchas personalidades.

La mejor época para visitar esta ciudad es en la primavera (abril-mayo) donde podés ver el florecimiento de los cerezos… ¡la ciudad se tiñe de blanco! ¡Es increíble! También podés ir en el otoño (septiembre-octubre) ya que el invierno es muy frío, puede caer bastante nieve y el verano es muy caluroso (pueden llegar a hacer 40ºC).

DC es una ciudad que vale la pena visitar y si podés pasar al menos 2 noches ahí sería lo ideal. Te va a cautivar por su prolijidad  y tranquilidad, tiene mucha historia obviamente y es espectacular para recorrerla caminando o en bici.

Estambul: la bisagra entre Europa y Asía.

Por Miguel Angel Cinquantini

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Paseando por el Gran Bazar.

Para aquellos viajeros que están indecisos a la hora de escoger una ciudad por la cual comenzar a viajar, sin dudarlo, les recomiendo Estambul.

Ya sea que viajes solo o sola, en pareja o con tus parientes o amistades, ésta ciudad tiene mucho que ofrecer.

Para comenzar, sus aeropuertos se encuentran entre los más organizados y modernos del mundo y no te será difícil encontrar vuelos baratos tanto intercontinentales, como dentro del propio continente y país.

Por otro lado, Estambul se caracteriza por ser una ciudad cosmopolita y por ello podremos encontrarnos con todos los tipos de turistas y viajeros y escuchar hablar, al caminar por sus calles, hasta los más remotos idiomas. Asimismo, la gente local no importa que hable o no tu idioma o el inglés, siempre buscará de un modo amable la forma de comunicarse para ayudarte a la hora de hacerles una consulta o necesitar un consejo.

Además, movilizarse en transporte público por la antigua Constantinopla es muy fácil ya que cuenta con una extensa red de metros, trenes, tranvías, barcos y autobuses que, tanto del lado europeo como del asiático, siempre te acercarán hasta donde busques llegar.

Por último, su ancestral y multicultural historia y cultura, pincelada con toques de arquitectura e infraestructura moderna, dan a cada barrio un matiz único que merece la pena recorrer, degustar y fotografiar.

Es por todo esto y mucho más que, ya sea que quieras salir por las noctambulas Taksim y Besiktas, recorrer palacios y templos majestuosos como Topkapi y la Mezquita Azul, caminar tranquilo por los barrios de Balat y Ortakoy o perderte entre los sabores y aromas del Gran Bazar y Uskudar, estoy convencido que Estambul te hará olvidar los temores y despejar las dudas sobre si valía la pena animarse a realizar ese viaje o no.

La Magia de Florencia.

Por Sofía Montironi

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Atardeciendo en Florencia.

Italia jamás pasa desapercibida y jamás decepciona. La Ciudad Eterna se lleva, indefectiblemente, las primeras miradas; y yo soy la primera en sucumbir a esta tentación. Sin embargo, Italia nos regala lugares mágicos de manera inagotable. Hoy, te cuento mis 36 horas en la capital toscana.

Firenze es la cuna del Renacimiento, es el epicentro cultural de una región bendecida por el sol, las colinas y la gastronomía. Diminuta en comparación con otras grandes urbes, la ciudad es fácil de caminar y encantadora a la hora de descubrirla. Las citas obligadas son con la Piazza del Duomo y la majestuosa Catedral de Santa María del Fiore, la Piazza della Signoria y el Palazzo Vecchio con la copia del David de Michelangelo franquando la entrada y la gran Galeria degli Uffizi albergando algunas de las obras maestras más famosas del mundo. La Piazza della Reppublica y la Basilica di Santa Croce, un auténtico panteón donde grandes del arte y las ciencias como Maquiavelo, Galileo Galiliei y el mismísimo Michelangelo descansan en suelo natal (¡todos toscanos!)

El Ponte Vecchio, tan fotogénico y fotografiado, es un imprescindible. Para disfrutarlo en “soledad” tendrás que madrugar y si quieres una postal, deberás fotografiarlo desde los puentes adyacentes según la luz del día. 

Una recomendación de itinerario: subir al Piazzale Michelangelo conocido como el “Balcón de Florencia” y disfrutar la puesta del sol desde lo alto. La ciudad se teñirá con los colores del atardecer y el paisaje será de lo más memorable desde este recorrido.

Todo viaje es un viaje a los sentidos y la gastronomía es el otro gran imperdible e imprescindible de la región (en realidad, de Italia toda; pero eso es material de otro post).  Sobran lugares para dejarse conquistar por la comida; yo te dejo dos hallazgos que me sacaron una sonrisa; del otro lado del Arno, Osteria Santo Spirito combina excelente ubicación, calidez, calidad y abundancia. Una invitación a disfrutar los sabores de su cocina.

Menos sofisticado y bien en el corazón de la ciudad, podrás encontrar All’Antico Vinaio. Disfrutar el tradicional panino fiorentino es una gran experiencia; ya sea “La Favolosa” (premiado como el mejor streetfood de la Toscana) o “La Schicacciata del Boss” (con el mejor pecorino y prosciutto crudo toscano). All’Antico Vinaio es una pausa sándwich divertida y desestructurada.

Lo que elijas hacer, no te olvides que siempre es mágico dejarse llevar, perderse y disfrutar el lugar. No tengo dudas que Florencia te conquistará, tal vez de distintas maneras, tal vez más o menos, pero es una de esas ciudades que simplemente tiene magia.

Un paseo por México DF: la tierra de Frida y Diego.

Por Alejandro Meiriño

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Ciudad de México.

Pensar en viajar a México es imaginar playa… Aguas transparentes y de colores entre celestes y turquesas intensos… arena tan fina y blanca como harina «4 ceros»

Creo que pocos piensan en pasar unos cuántos días en el DF… En descubrir una metrópoli tan inmensa como maravillosa… No por nada es la urbe más grande de Latinoamérica con más de 20 millones de habitantes.

Animate a descubrirla… aún viajando sol@. ¡Y tomate unos cuántos días! ¡Quedate ahí, que en la playa no vas a descubrir nada nuevo!

Por dónde empezar:

-El Zócalo, que es como se conoce a la plaza central de la Ciudad de México. Es una de las más grandes del mundo. Está cercada por algunos de los edificios más importantes de la ciudad: la Catedral, el Palacio Nacional, el Palacio del Ayuntamiento y el Edificio de Gobierno. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987.

Quedarse parado en el centro de la plaza y dar una vuelta de 360 grados admirando todos esos monumentos es algo maravilloso y luego optar por visitar alguno de los edificios que la rodean, como la Catedral y el detalle de su hundimiento que llegó a ser de 2.4 metros desde el altar mayor hasta una de sus torres, lo que provocó una fuerte inclinación de la estructura, y se puede ver como un declive hacia la izquierda.

Tip: subir a alguna terracita o balcón de los innumerables bares y restaurantes que tiene la plaza del Zócalo, para volver a tener una vista de la plaza central pero desde arriba…

-El Palacio Nacional, con su patio central, sus interminables salones y los increíbles murales de Diego Rivera.

Recorrer los alrededores del Zócalo es también un atractivo, hay oferta de comida callejera, zonas comerciales de grandes marcas conocidas y calles repletas de tiendas locales, que te darán una idea del gran movimiento comercial y turístico de la zona.

-Palacio de Bellas Artes: otro imperdible del centro histórico. Un edificio bellísimo por fuera que aunque no lo recorras entero por dentro, en la visita guiada podrás ver el famoso telón de cristal, una maravilla única en el mundo que utilizó técnica de vidrio de la Casa Tiffany. ¡No te lo pierdas!

Por dónde seguir:

-Bosque de Chapultepec: es un parque inmenso que recorrerlo todo te llevaría mucho tiempo, pero hacer la subida caminando al Castillo te dará una noción de su inmensidad y te permitirá tener unas hermosas vistas además de entrenar un poco tu capacidad aeróbica para llegar a la cima.

-Museo Nacional de Antropología: también ubicado en pleno bosque de Chapultepec. Es suuuumamente interesante, pero deberás disponer de mucho tiempo para recorrerlo y aprovecharlo como se debe…

-El museo Soumaya me parece un imperdible. Aunque no te interese el arte, ya con sólo ver por fuera el edificio y sacar unas fotos más que “instagrameables”, el objetivo estará cumplido.

-Polanco: es una de las colonias de ciudad de México, cuyo epicentro es la Avenida Presidente Masaryk, repleta de tiendas de lujo de primeras marcas, centros comerciales y restaurantes de primer nivel. Recorrer Polanco es ver otra cara de la Ciudad de México. Perderse por sus calles es lo que recomiendo y sentarse en alguno de sus bares a ver pasar gente y disfrutar del movimiento y la vida que tiene esa colonia.

Frida:

La dejé para lo último porque soy un admirador de su vida y de su obra (soy  su fan). Y visitar Ciudad de México es encontrarse con Frida a cada paso.

Qué recomiendo: La casa azul (por favor ¡no te la pierdas!) – El museo Dolores Olmedo y el Museo Casa-Estudio de Frida y Diego.

De los tres, me quedo con La Casa Azul. ¿Por qué? Primero: porque te obliga a llegar a Coyoacán, donde se encuentra situada. Segundo: porque entrar a la Casa Azul es entrar a la vida de Frida, a su intimidad, a sus pinceles resecos de pintura, a su habitación, a su vida tormentosa y a su genialidad inmensa aunque sea por un ratito.

El Museo Dolores Olmedo contiene gran parte de su obra (para quienes quieran disfrutarla y conmoverse bien de cerca con el dramatismo de sus pinturas).

Y el Museo Casa-Estudio de Frida y Diego, que queda cerca pero considero que no es tan aprovechable como los dos anteriores.

 Algunas consideraciones finales:

-Alojarse: cerca del Centro histórico, en la zona rosa y si disponés de más dinero… en Polanco.

-Moverse: el Metro es seguro y cómodo (evitar horas pico). Taxis: no los usen. No tienen tarifas fijas, no miden el viaje y cobran según la cara del turista.  Ante la duda, usar Uber todo el tiempo. Es mucho más seguro y confiable.

-Inseguridad: evitar zonas “no recomendables” (seguir los consejos de los locales y de guías turísticos en las excursiones que contrates). Punguistas, carteristas y aprovechadores, a la orden del día (como en la mayoría de las grandes ciudades).

No se pierdan de visitar ésta gran ciudad ¡y espero que aprovechen alguna de éstas recomendaciones!

Mi amor incondicional por São Paulo​.

¡Escrito por mí!

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Vista panorámica de San Pablo.

No puedo ser objetiva con San Pablo. ¡La amo! La mayor ciudad de Brasil tiene todo lo que me gusta: mucho arte, mucha música y muchos lugares para perderse caminando. ¡Vamos lá!

La mejor manera de moverse en San Pablo es en metro. No es barato, pero está muy bien conectado para ir a cualquier lugar. ¡Y son súper limpios!

Me parece una excelente ciudad para viajar sol@. Primero, porque infinidad de mochileros van a parar a la ciudad más enorme de Sudamérica, así que vas a conocer gente de todas partes del mundo. Segundo, por la cantidad de cosas que podés hacer sin necesitar de otra persona al lado: al estar lleno de museos y actividades para hacer caminando, vas a disfrutar un montón, aún en soledad.

Casi todas las veces que fui a San Pablo me hospedé y salí por Vila Madalena, que es el corazón cultural alternativo de la ciudad, caracterizada por el arte, el samba, los mercados y los bares. Un “must” de Vila Madalena es el Beco do Batman, un museo a cielo abierto de street art que no te va a dejar indiferente.  

En el centro de San Pablo hay de todo. Mi opinión es hagas el free walking tour que te muestra lo más importante en tres horas. En el centro deberás ir más atento, porque al estar tan lleno de gente, puede que pasen “cosas”. Evitar esta zona luego del atardecer.

El parquet Ibirapuera es otro atractivo de la ciudad, el pulmón verde paulistano, donde fácilmente podrás pasar un día entero pasesando o conociendos sus museos.

Y por supuesto, no podés dejar de conocer la Av. Paulista,  centro financiero, económico y cultural de la ciudad y un punto de encuentro de los paulistanos. Los domingos se convierte en calle recreativa, con espectáculos callejeros y mucha gente.  

¡Y qué decir de la gastronomía! Por ser una ciudad tan cosmopolita la oferta es variadísima: desde restaurantes 5 estrellas hasta comida callejera, intercalada con ofertas de gastronomía italiana y japonesa, debido a la alta inmigración de estos dos países. No me maten pero la pizza paulistana es mi preferida de todas las que probé, y eso que ¡estoy en italia! El feijao, el strogonoff, los peixes, las coixinhas, la tapioca y los crepes, el café,  la pastelería, los brigadeiros … ufff… ¡se me hace agua la boca!

Así que en tu próximo viaje a Brasil, no descartes visitar esta ciudad tan interesante como cosmopolita, ¡te aseguro que te va a atrapar! Como dijo Alejandro, ¡No todo es playa! (aunque a diferencia de él yo soy fan de ellas).

¿Qué te parecieron estas ciudades?

¿Las conocías? ¿Las incluirías en tus destinos más próximos? ¿Qué otras ciudades se te ocurren para recomendar? Este es un post de amigos, pero se puede extender a “¡un post de lectores!” ¡Así que te leo en los comentarios!

¡Abrazo viajero!

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